El quiromasajista es un profesional que realiza masajes terapéuticos. Se trata de un sector al que se accede a través de la formación privada, aunque hay que tener un título. En España no se enmarca dentro de las profesiones sanitarias, lo que significa que un quiromasajista no puede realizar tratamientos en patologías.

Aún así, un quiromasajista tiene multitud de servicios que ofrecer y son muchas las personas que recurren a estos profesionales. Si quieres formarte en quiromasaje, desde el Instituto Europeo de Nutrición y Salud te ofrecemos el Postgrado en técnico de quiromasaje para que puedas especializarte en el sector.

¿Para qué sirve un quiromasajista?

El quiromasaje es una técnica para calmar el dolor de contracturas musculares u otros como la tendinitis. Además, un quiromasajista realiza masajes de drenaje linfático que favorecen la eliminación del malestar general, aunque no es su trabajo principal.

Entre sus habituales tareas podemos encontrar la reducción y el control de la celulitis, calmar el dolor de espalda, contracturas y esguinces y otros malestares. No obstante, calmar el dolor físico no es lo único que hace un quiromasajista.

Los masajes, entre otras cosas, contribuyen a mantener la flexibilidad de los músculos así como a reducir los niveles de estrés. De hecho, el estrés cada vez está aumentando más sus niveles entre la población, lo que tiene consecuencias físicas en la postura y los músculos de la espalda.

Orígenes del quiromasaje

El término de ‘quiromasaje’ lo inventó el doctor Vicente Lino, que falleció en 1981 y fue el encargado de introducir y desarrollar esta técnica en España. El término proviene de la palabra griega quiros, que significa manos. Un nombre apropiado, si tenemos en cuenta que el quiromasaje es un conjunto de técnicas que se llevan a cabo con las manos.

En ocasiones, el quiromasaje se complementa con otro tipo de terapias alternativas. No siempre hay evidencias científicas que contrasten su eficacia, pero es habitual encontrar terapias como la acupuntura, la aromaterapia o la homeopatía, entre otros.

Según afirman los expertos en quiromasaje, esta técnica tiene como objetivo unir la relajación y la salud en uno. De esta manera, se entiende que tanto la salud física y postural como la salud emocional y psicológica pueden encararse desde un mismo lugar.

Cómo funciona el quiromasaje

Lo primero que hace el quiromasajista cuando debe atender a un paciente es realizar una exploración. Palpa con las manos los lugares donde el paciente siente dolor para llevar a cabo una primera evaluación sobre su tono muscular.

Después, el quiromasajista realiza una serie de fricciones con las palmas de las manos que producen calor y relajación. El quiromasaje en sí, no obstante, no comienza hasta que se aplican las cremas.

Tras las fricciones se procede a aplicar las cremas y aceites correspondientes. El quiromasajista usa distintas técnicas de masaje, como el vaciado venoso o los pases magnéticos con la yema de los dedos.

Durante todo el masaje, el buen profesional lleva a cabo varias maniobras de amasamiento y percusiones haciendo uso de diferentes partes de las manos. Algunos ejemplos de estas maniobras serían el amasamiento nudillar o el pulpopulgar.

Así, el quiromasaje es una técnica cada vez más introducida en nuestro país. Formarse en este sector ampliará tus capacidades y también tus oportunidades laborales, sobretodo al tener en cuenta que los problemas en la espalda van en aumento a raíz del teletrabajo, el uso del ordenador y las malas posturas propias de un estilo de vida sedentario.