De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes es una enfermedad crónica que va en aumento en los últimos años. Esta patología aparece cuando el páncreas no produce la insulina necesaria para el organismo y se manifiesta con una subida de azúcar en sangre, es decir, una hiperglucemia. Pero, también con ella, surge una posible complicación: el pie diabético. ¿Quieres ampliar tus conocimientos sobre la atención de pacientes diabéticos? Cursa nuestro Posgrado Especialista en Diabetes y especialízate. A través de esta formación conocerás los factores de riesgo de esta enfermedad, así como los tipos de tratamiento y cuidados esenciales del diabético.

¿Qué es el pie diabético?

El pie diabético es una infección que surge cuando suben los niveles de glucosa en la sangre. Esto se presenta como una destrucción de los tejidos profundos. Y a partir de ahí se producen otras alteraciones, como la hipertensión arterial, que provoca un daño en los nervios y vasos vasculares. A medio plazo, esta condición producirá un daño grave si no se trata.

Cabe apuntar que no todos los diabéticos tienen por qué sufrir de pies diabéticos. En el caso de que así sea, hay dos tipos de complicaciones macrovasculares y microvasculares de la diabetes:

  • Microangiopatía diabética: complicaciones derivadas de una lesión en los pequeños vasos. Entre ellas destacamos la nefropatía, la retinopatía y la neuropatía diabéticas.
  • Macroangiopatía diabética: se origina por lesiones en los grandes vasos arteriales. Ejemplo de ello son la cardiopatía isquémica, la enfermedad cerebrovascular y la arteriopatía periférica.

Síntomas del pie diabético

La ausencia de sensibilidad, la mala circulación del pie y la aparición de úlceras en la zona  son algunos de los primeros síntomas del pie diabético, además de otros como los siguientes:

  • Pérdida de sensación del dolor, de cambios de temperatura o de presión en el pie.
  • Debilidad y atrofia muscular de la parte inferior. Aumenta el tamaño del pie y también se producen deformidades.
  • Sequedad en el pie.
  • Aparición de edemas y distensiones a nivel vascular. Las heridas se convierten en úlceras.
  • El pie puede atrofiarse y será más sensible al estrés biomecánico.
  • Dolor en las extremidades inferiores.
  • Hormigueos y calambres.

En el caso de presentar alguno de estos síntomas, y si ya ha habido algún diagnostico previo de diabetes, lo más recomendable es consultarlo con el médico para poder realizar un seguimiento.

Cómo se cura el pie diabético

Para tratar los pies diabéticos el médico suele efectuar un estudio y un tratamiento del flujo arterial, además de recomendar un control de la diabetes. En los casos en donde el pie sufra de una grave lesión, se procede a la curación y se aplica un tratamiento antibiótico para detener el curso de la infección. Y en el caso de que exista una insuficiencia vascular, el paciente es derivado a un cirujano vascular para ser evaluado.

Como recomendación general, algunos de los cuidados que ayudan a curar el pie diabético son los siguientes:

  1. Evitar los hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol.
  2. Inspeccionar los pies frecuentemente e hidrátalos.
  3. No caminar descalzo en casa ni fuera de ella.
  4. Utilizar calcetines holgados y cambiarlos cada día.

Cómo prevenir los pies diabéticos

La prevención en los pacientes diabéticos es fundamental para minimizar los riesgos de sufrir la infección y evitar sus consecuencias, entre las cuales, la amputación del pie es la más grave.

A modo de prevención, en primer lugar, el médico realiza un diagnóstico especializado y adecuado. De este modo, se adecúa el mejor tratamiento para el pie diabético. Asimismo, el especialista realiza exploraciones a nivel vascular, neurológico y biomecánico para determinar la lesión, lo cual ayuda a prevenir los efectos.