La alimentación complementaria (AC) significa ofrecer al bebé alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o de fórmula. Este proceso debe hacerse de manera paulatina. Y, además, nunca debe ser un sustituto de la leche sino un complemento de esta. En este blog explicaremos cómo y cuándo introducir correctamente cada alimento. ¡No te lo pierdas! Y si quieres ampliar tus conocimientos no dudes en realizar nuestro Máster en Nutrición y Dietética Infantil + Máster Experto en Coaching Infantil y Juvenil.

¿Cuándo comenzar con la alimentación complementaria?

La alimentación complementaria, es decir, la incorporación de sólidos en la dieta, se recomienda empezar a partir de los 6 meses. Pues se considera que, hasta entonces, el bebé puede crecer de manera adecuada con la lactancia materna exclusiva o con leche de fórmula. No obstante, si el bebé es prematuro deberá individualizarse atendiendo a su desarrollo motor y a otras circunstancias que el pediatra considere.

También es importante aprovechar esta edad, antes de que se vuelva potencialmente más selectivo y descubra su capacidad para decir “no”. Otro criterio clave para decidir si el bebé está listo para probar alimentos aparte de la leche es teniendo en cuenta su desarrollo fisiológico. Es decir, si ya puede sostener la cabeza, sentarse derecho con un soporte o llevarse objetos a la boca. Y tenga la maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune.

¿Cómo hacerlo?

La mejor manera de empezar con la ablactación es eligiendo un día libre de estrés. Se recomienda iniciar a mediodía, antes de la alimentación con leche, cuando los bebés tienen hambre. Normalmente, se entusiasman por comer lo que les ofrezcas. No obstante, algunos otros pueden molestarse si no consiguen lo que esperaban. En este caso, se aconseja darles su leche habitual y esperar hasta el final de la comida para ofrecerles sus primeras cucharas de puré.

¿Con qué alimentos comenzar?

No existen unos alimentos específicos para empezar, ya que depende mucho de las regiones y culturas. No obstante, hay unas recomendaciones básicas que se pueden tener en cuenta. A continuación, veremos una lista de ciertos alimentos que se aconsejan dar con el Baby-led Weaning:

Frutas

Cualquier fruta es buena para comenzar, siempre y cuando sea de forma natural o entera. Es decir, no en zumos. Se recomienda ir alternando sabores para que el bebé se vaya acostumbrando a todos. Y una buena manera de ofrecerlas es mediante diferentes formas, por ejemplo, chafadas, en trozos, trituradas, etc. Y siempre con precaución y teniendo en cuenta el tamaño de algunas frutas, como las uvas, para evitar el riesgo de atragantamiento.

Verduras

Las verduras más recomendadas son aquellas de hojas verdes como las acelgas o las espinacas. No obstante, estas se aconsejan tomarlas después del primer año de vida debido a su contenido en nitritos.

Cereales

Existen diversas formas de introducir los cereales en la dieta del bebé. Por ejemplo, puede ser arroz hervido y chafado, pan, quinoa, avena, tortas de maíz, etc.

Carne roja y blanca y pescado

La carne roja es una de las principales fuentes de hierro y por eso no deben faltar en la alimentación complementaria. Pues, el riesgo de anemia empieza a desarrollarse a partir del sexto mes. Y la carne blanca, el marisco y el pescado son también excelentes alimentos.

Legumbres y huevos

Esta serie de alimentos también son una gran fuente de proteínas y de hierro. Por ese motivo deben ofrecerse de manera periódica a partir de los seis meses.