La alimentación es fundamental para asegurar el normal desarrollo de los niños. Por eso, disponer de unas nociones básicas de nutrición infantil ayuda en gran medida a organizar las comidas más saludables para ellos.
Si te interesa el tema, quédate con nosotros. Hoy comentaremos cinco nociones claves que debes tener en cuenta para garantizar que tus pequeños crezcan fuertes y sanos.
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Qué debes saber sobre la nutrición infantil
La alimentación durante los primeros años de vida es fundamental para su desarrollo psicomotriz. Por eso, hoy os queremos dar algunos apuntes básicos sobre cómo deber ser su alimentación diaria.
Sin embargo, darles de comer de manera sana y equilibrada puede convertirse en todo un rato para los padres. Sin embargo, es muy importante que coman de todo y que sobre todo, no se acostumbren a las bebidas azucaradas y a los bollos industriales. La obesidad infantil es unos de los problemas más graves de nuestro tiempo, tal y como apunta la Organización Mundial de la Salud.
Por eso, debemos procurar enseñarles la importancia de comer bien desde pequeños. Los expertos en nutrición pediátrica insisten en que los padres deben dar ejemplo y mostrarles unos hábitos alimenticios saludables. Si aprenden a comer bien, de manera sana y equilibrada, será más difícil que aparezcan enfermedades cardiovasculares o de sobrepeso cuando sean adultos.
Sigue estos consejos para incorporar unos buenos hábitos en su alimentación diaria. ¡Toma nota!
5 tips para cuidar la alimentación de los más pequeños
- El calcio en esta etapa de crecimiento es muy importante para el desarrollo de sus huesos. Lo ideal es que tomen unos 500ml al día entre leche y derivados.
- Elimina las grasas, como la que contiene la bollería industrial. Procura, también, que la carne que consuman no sea muy grasa, como los embutidos.
- Procura que el pescado sea blanco y no azul, ya que contiene menos grasa.
- Asegúrate que prueben las legumbres y los cereales y que reciben todas las vitaminas que necesitan de la fruta.
- Es saludable para ellos que hagan cuatro comidas al día: empezar bien el día con el desayuno; la comida del medio día, el plato más fuerte; una pequeña merienda para aguantar el apetito hasta la noche y por último, una cena ligera que no entorpezca la aparición del sueño.