Los ácidos grasos constituyen una parte esencial en nuestra alimentación. ¿En qué consisten y por qué son tan relevantes? La fuente principal de energía para nuestro organismo son las grasas, por lo que, incluirlas en la dieta es indispensable. Además, tienen el objetivo de garantizar la absorción de las vitaminas liposolubles y los carotenoides.

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¿Qué son los ácidos grasos?

Los ácidos grasos constituyen una gran parte de los triglicéridos, que a su vez son los lípidos alimentarios que conocemos como grasas. Por lo tanto, podemos decir que representan una parte sustancial en la composición de la mayoría de aceites y grasas que existen y consumimos.

¿Para qué sirven y por qué debemos incluir las grasas en nuestra alimentación? Las grasas son compuestos que ingerimos con los alimentos, en conjunto a las proteínas y los hidratos de carbono. En este caso, las grasas aportan la suficiente energía a nuestro organismo para su correcto funcionamiento.

Cabe apuntar que, a diferencia de lo que se pueda pensar, es un error relacionar estas grasas con la subida de peso. La realidad es que estos componentes son indispensables para cuidar nuestra salud y además, gracias a su ingesta, los alimentos son más saciantes, lo cual nos ayuda a evitar picar entre horas y a tener el hambre bajo control. Asimismo, la energía que nos aportan las grasas son esenciales para que las membranas celulares de nuestro cuerpo funcionen correctamente.

¿Qué tipos hay?

En nuestra dieta, los ácidos grasos se encuentran en los alimentos que son ricos en grasas vegetales y animales. Dependiendo de su estructura química se pueden clasificar en tres grupos. Es recomendable que se distingan correctamente para mantener una buena alimentación y cuidar la salud cardiovascular. Y es que cada tipo de grasa aporta nutrientes diferentes al organismo, por lo que es interesante conocerlas e incluirlas en la dieta para obtener todos los beneficios que nos ofrecen.

Ácidos grasos saturados

En esta clasificación se reúnen las grasas animales que no poseen dobles enlaces en su cadena y que suelen ser sólidos a temperatura ambiente. Son indispensables para proporcionar al organismo el aporte energético que necesita.

Por otra parte, es importante recalcar que hay dos excepciones de alimentos que no son de origen animal: el aceite de palma y de coco. En este caso, cabe apuntar que este tipo de grasas  incrementan los niveles de colesterol y sin perjudiciales para la salud cardiovascular, más que cualquier otra clase de grasa,

Las grasas saturadas más importantes son: el ácido láurico, el esteárico, el palmítico y el mirístico. Algunos de los alimentos en los que se encuentran son: la manteca, queso, los embutidos, la leche, l acarne de vaca y el chocolate.

Ácidos grasos monoinsaturados

En este caso, los ácidos presentan un doble enlace en su estructura y suelen estar en estado líquido a temperatura ambiente. Se encuentran en grasas vegetales que tienen un punto de fusión inferior y son muy importantes para la estructura lipídica de las membranas.

Consumir cantidades reducidas de este tipo de grasas en lugar de grasas saturadas puede ser beneficioso para nuestra salud. Sus componentes ayudan a reducir los niveles de colesterol total y de LDL.

Por otra parte, el principal ácido graso monoinsaturado se denomina ácido oléico. Podemos encontrar este tipo de grasas en alimentos como los frutos secos, el aceite de oliva virgen extra, el aguacate o en pescados azules como el salmón o la caballa, entre otros.

Ácidos grasos poliinsaturados

Su estructura presenta uno o dos enlaces, con unas propiedades similares a las grasas saturados. Las grasas tienden a estar endurecidas si se componen de este tipo de ácido.

Las grasas poliinsaturadas están presentes en alimentos de origen vegetal, aunque también en mariscos y pescados. Dentro de esta clasificación se encuentran estos dos tipos:

  • Omega-3: incluyen los ácido docosapentanoico, alfa-linolénico, docosahexanoico y eicosapentanoico.
  • Omega-6: ácidos linoleico, adrénico, araquidónico, gamma-linolénico y dihomo-gamma-linolénico.

Es importante tener en cuenta que los ácidos linolénicos no son sintetizados por nuestro organismo. Es necesario que recurramos a alimentos que tengan estos ácidos para obtener sus beneficios, ya que su déficit genera problemas de crecimiento, anormalidades neurológicas y otros problemas de salud. Los ácidos poliinsaturados se pueden obtener en alimentos como: las avellanas, los pistachos, la carne de ternera, las semillas de girasol, las nueces, los aceites vegetales, el tofu etc.

Beneficios de los ácidos grasos esenciales Omega-3

Se ha demostrado a través de numerosos estudios la importancia de consumir este tipo de grasas, ya que aporta múltiples beneficios a nivel de salud, pero también a nivel estético. Para verlo más claro, a continuación, vamos a conocer otras de las ventajas que encontramos en la ingesta de Omega-3 y que van más allá de la alimentación:

  • Mejorar la salud cardiovascular.
  • Aporta una elevada saciedad, lo que es favorable para cuidar nuestra proporción de alimentos, llevar una dieta balanceada y mantener a raya el hambre emocional.
  • Es esencial para tener una buena salud visual, ya que contribuye a tratar y prevenir el síndrome de ojo seco.
  • A nivel estético, el Omega-3 ayuda a normalizar los niveles de hidratación que necesita la piel, ayudando a tratar las pieles muy secas.
  • Mejora el estado de salud en las personas que padecen enfermedades inflamatorias.
  • El consumo de alimentos ricos en grasas omega-3 tiene efectos anticancerígenos, reduciendo el riesgo de padecer la enfermedad y disminuyendo el crecimiento de las células cancerígenas.
  • Promueven el desarrollo y el crecimiento durante el embarazo y en el periodo de lactancia.