Existen diferentes tipos de TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria), que alteran la percepción que tienen las personas de su cuerpo, así como su relación con la comida. Estos desórdenes pueden acarrear severos problemas de salud, tanto a nivel físico como psicológico.

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¿Qué es un TCA?

Tal y como los define la Asociación Contra la Bulimia y la Anorexia (ACAB), los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son alteraciones psicológicos que se caracterizan porque la persona afectada muestra una fuerte preocupación respecto al peso, su aspecto físico y su alimentación. Las consecuencias de estas enfermedades pueden provocar la aparición de otras patologías físicas y mentales severas, como por ejemplo: desnutrición, debilidad muscular, amenorrea, trastornos del sueño, depresión y ansiedad, entre otras.

Este tipo de trastorno psicológico se ha popularizado durante el último siglo de forma descomunal. La aparición de las estrellas de cine, revistas de moda, publicidad, desfiles, Internet y redes sociales han influido enormemente en la expansión de esta “epidemia”.

Las personas que sufren estos tipos de TCA tienen dificultades para ser conscientes de la gravedad y el riesgo que suponen estas alteraciones. Tienden a la negación de los hechos y no ven la necesidad de someterse a tratamientos, por lo que la lucha del entorno más cercano por su bienestar es clave para promover la recuperación y evitar consecuencias más graves que, incluso, pueden suponer la muerte.

¿Qué factores desencadenan un TCA?

Existen diversas causas que contribuyen a la aparición de un TCA. De hecho, en la mayoría de casos influyen diversos aspectos a la vez, por lo que su poder es aún mayor y la persona afectada sucumbe sin poder evitarlo.

Factores sociales

  • El bombardeo constante de cuerpos idílicos que representan un canon de belleza difícil de alcanzar lleva a comparaciones injustas que pueden derivar en trastornos psicológicos: depresión, ansiedad y diversos tipos de TCA son los más frecuentes.
  • Internet y la posibilidad de crear comunidades con personas con puntos en común ha agravado la situación. Existen grupos de apoyo por chat, foros, blogs, páginas web e incluso aplicaciones, que hacen apología a esta enfermedad y romantizan todos sus aspectos.
  • El sistema de tallas de las tiendas más populares deja fuera a una gran parte de la población, provocando el sentimiento de rechazo y la sensación de no encajar en la sociedad.
  • La presión social por alcanzar un cuerpo normativo afecta en particular a los adolescentes y a los profesionales cuyo sector es especialmente exigente con la imagen corporal: mundo de la moda, televisión, baile…
  • Las críticas del entorno próximo sobre la apariencia y la alimentación: “estás gordo, deberías empezar a cuidarte”, “no deberías comer eso”, “¿no crees que has comido suficiente?”, y un largo etcétera de frases que pueden incrementar la inseguridad de la persona y agravar el problema.

Factores familiares

  • Una familia desestructurada en que los padres no pueden prestar suficiente atención a sus hijos puede desencadenar una baja autoestima y convertirlos en personas influenciables.
  • Por el contrario, una familia sobreprotectora, que controla hasta el último detalle de la vida de sus hijos, también puede conducir a diversos tipos de TCA, ya que ellos mismos acaban siendo controladores compulsivos de su propia vida y sus acciones.
  • Existen padres que le dan demasiada importancia al aspecto físico, por lo que enseñan a sus hijos a tener una preocupación excesiva por su apariencia, pudiendo provocar trastornos de la conducta alimentaria con tal de complacer a sus padres y a ellos mismos.

Factores individuales

  • Rasgos de la personalidad, tales como la autoexigencia, el perfeccionismo y la necesidad de control.
  • Baja autoestima: sentirse mal con uno mismo aumenta las posibilidades de sufrir diversos tipos de TCA.
  • Obesidad y sobrepeso: sienten el rechazo constante por parte de la sociedad.
  • Adolescencia: es una etapa compleja donde las personas son más sensibles a los estímulos externos y las opiniones ajenas, además de los cambios corporales y hormonales que se atraviesan.
  • Género femenino: según la ACAB, 9 de cada 10 personas que sufren TCA son mujeres.

Dietas

  • Las famosas dietas milagrosas para bajar de peso conllevan a una mala relación con la comida, hecho que ligado a factores anteriores, puede desencadenar un TCA. Se debe evitar caer en las dietas de moda y acudir siempre a un profesional que indique las pautas a seguir y supervise todo el proceso dietético.

Tipos de TCA

Según el DSM-5, los tipos de Trastornos de la Conducta Alimentaria más comunes son la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón, el trastorno de conducta alimentaria no especificado y los trastornos de vigorexia y ortorexia, en que el patrón central es una obsesión por la alimentación y el deporte.

Anorexia nerviosa (AN)

De forma significativa, se reduce la ingesta de alimentos provocando una excesiva pérdida de peso. La anorexia nerviosa se puede manifestar de dos formas:

  • Anorexia purgativa: toma de laxante e inducción a vómitos después de comer.
  • Anorexia restrictiva: se reduce la ingesta de alimento al máximo y se acompaña de un entrenamiento físico excesivo.

Bulimia nerviosa (BN)

La bulimia nerviosa se caracteriza por la presencia de atracones de comida en un corto periodo de tiempo. Durante estos atracones, la persona pierde el control de la cantidad ingerida y se excede significativamente. Tras ello, aparecen la culpabilidad, la vergüenza y la necesidad de compensar lo comido de diferentes maneras: inducción de vómito, ejercicio en exceso, ayunos prolongados, etc.

Trastorno por atracón

Parte de la misma base que la bulimia, pero en este trastorno, la persona no realiza ninguna acción compensatoria. Conlleva a una baja autoestima, depresión y sensación de falta de control.

Trastorno de Conducta Alimentaria No Especificado (TCNAE)

Son cuadros incompletos de los trastornos mencionados anteriormente. Se pueden detectar en las fases del inicio del trastorno o en la etapa de curación.

Vigorexia y ortorexia

Son trastornos que surgen a raíz de la obsesión por un cuerpo saludable.

  • Vigorexia: consiste en la obsesión por tener un cuerpo voluminoso y musculoso. Da lugar a una alteración en la percepción del propio cuerpo, que hace ver a la persona siempre menos definida de lo que realmente está.
  • Ortorexia: se caracteriza por una inclinación obsesivo-compulsiva por la calidad de los alimentos que consume.

Intervención y prevención

Dependiendo de cada situación, se deberá aplicar un tratamiento u otro. Los tratamientos más frecuentes son la terapia psicológica y psiquiátrica, la hospitalización y el hospital de día. En cuanto a los objetivos de la intervención podemos citar los siguientes:

  • Mejorar la conducta en relación a la alimentación y al cuerpo.
  • Trabajar la autoestima y la autocompasión y tratar los trastornos derivados.
  • Restablecer el peso y la salud, así como tratar las consecuencias.
  • Educar en buenos hábitos alimentarios e incorporar un estilo de alimentación equilibrado para normalizar la ingesta.
  • Prevenir las recaídas.
  • Informar y apoyar a la familia.

¿Cómo prevenir los TCA?

  • Jornadas de sensibilización en centros educativos.
  • Poner la información al alcance de los más propensos a sufrir este tipo de enfermedades.
  • Trabajar la salud mental en el colegio y en casa, el amor propio y la autopercepción.
  • Promover la educación nutricional.